GOYA, FRANCISCO DE
¿Puede ser Goya considerado un pintor de batallas? Para mí, no cabe duda alguna. Los Desastres de la Guerra, los retratos de Wellington, Palafox, el Empecinado, Fernando VII y otros personajes y sobre todo los dos enormes lienzos de La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo hacen de Goya un grandísimo pintor de batallas. Su trabajo nos muestra la Guerra de Independencia en toda su crudeza. Además la obra de Goya muestra con bastante más fidelidad de la que algunos creen detalles de las unidades militares que aplastaron el levantamiento popular en Madrid.
Siempre me ha llamado la atención la cantidad de unidades de la Guardia Imperial, élite del ejército napoleónico, que había desplegadas en Madrid. Me regocijo pensando en la preocupación que debía tener el corso ante una eventual sublevación de los españoles que envió a la crema y nata de sus tropas a la capital de España.
En el cuadro de La carga de los mamelucos aparecen dos unidades de la Guardia Imperial. Los propios mamelucos y un dragón de la Guardia, conocidos como los dragones de la Emperatriz, un obsequio de Napoleon a Josefina. Son inconfundibles con sus vivos de color blanco.
Pero es que en el cuadro de Los fusilamientos del 3 de Mayo aparece otra unidad de la Guardia Imperial: los Marinos de la Guardia. Acantonados en el Cuartel del Conde Duque, formaban parte de la Armée d´Observation de la Gironde que, al mando del marimelindres del General Dupont, iban a ocupar el sur de España. Los marinos de la guardia iban a marinar los barcos surtos en la Bahía de Cádiz. O al menos eso era lo que ellos creían.
Fue el gran uniformólogo malagueño don José María Bueno quien identificó a los marinos de la guardia fusilando a los patriotas. El chacó los delató. Aunque no se ven los habituales cordones de color naranja de los marinos ni otras insignias por estar recubiertos los gorros con el típico hule protector que se usaba en combate, observad que los mismos carecen de visera. Los chacós de los Marinos de la Guardia tenía la particularidad de que las viseras se podían quitar cosa que, al parecer, con frecuencia hacían.
Está unidad de la Guardia Imperial participó también en el brutal saqueo de Córdoba. Y nunca llegaron a Cádiz. Castaños y Reding destrozaron al regimiento en Bailén. Pagaron caras sus fechorías.
En estos dos casos, los cuadros de Goya nos aproximan de forma muy fidedigna a las unidades militares invasoras.
Mi buen amigo el comandante de Infantería de Marina don Jesús Campelo nos hace además el siguiente comentario:
Unas pinturas impresionantes sin lugar a dudas, en donde quiero hacer otra precisión. En la de "La carga de los mamelucos" aparece tumbado con un corte en el cuello el Infante de Marina Esteban Casales Riera, considerado como el primer caído de la Armada en esta guerra. Pertenecía a la sección de Granaderos de Marina que ese día montaba guardia en la Sede del Almirantazgo, cercana a la Puerta del Sol, y que por supuesto también se vio implicada en estos hechos. Se reconoce por la uniformidad y el típico correaje cruzado.